SINOPSIS
Una relación falsa entre dos científicos se topa con la irresistible fuerza de la atracción.
Olive Smith es una doctoranda de tercer año que no cree en las relaciones amorosas duraderas, pero su mejor amiga, Ahn, sí, y por eso Olive se ha metido en un lío monumental. A Ahn le gusta el exnovio de Olive, pero jamás daría el primer paso porque es una buena amiga. A Olive no le va a resultar nada fácil convencerla de que ha pasado página, puesto que los científicos necesitan pruebas. Por eso, como cualquier mujer con un mínimo de amor propio, se deja llevar por el pánico y besa al primer hombre con el que se encuentra para que Ahn la vea.
Ese hombre es nada más y nada menos que Adam Carlsen, un joven profesor tan reputado por la calidad de su trabajo como por su imbecilidad. Así que Olive se queda de piedra cuando Carlsen accede a mantener su farsa en secreto y ser su novio falso. Sin embargo, después de que un importante congreso científico se convierta en un desastre y Adam vuelva a sorprenderla con su apoyo inquebrantable (y sus inquebrantables abdominales), su pequeño experimento se acerca peligrosamente al punto de combustión. Olive no tarda en descubrir que la única cosa más complicada que una hipótesis sobre el amor es analizar su propio corazón bajo el microscopio.
OPINIÓN
Pese a toda la campaña de marketing que se ha lanzado para esta novela, lo cierto es que la primera vez que escuché hablar de ella fue a través de mi hermana, pues estaba fascinada por el hecho de que una colega de profesión hubiese escrito una novela romántica. Y, aunque a ella le encantó, no sabía si recomendármela o no pues "hay mucha ciencia". No obstante, pese a ser uno de esos dinosaurios de letras puras a la que, además, la ciencia siempre le ha provocado una cierta urticaria, decidí darle una oportunidad. ¡No os imagináis cuánto me alegro de haberlo hecho!
La hipótesis del amor es una novela romántica contemporánea ubicada en la universidad de Stanford. En ella nos encontramos con Olive, una doctoranda cuya vida no ha sido fácil y que, sin embargo, destila inocencia y bondad. Es tal su generosidad que no duda en hacer lo que sea necesario para que su mejor amiga, Ahn, pueda salir con su exnovio, Jeremy. Aunque eso sea besar al primer tipo con el que se cruce un viernes por la noche en el pasillo del laboratorio. Sobra decir que el tipo en cuestión no es otro que el doctor Adam Carlsen, un imbécil de primera categoría. Así, en cuanto Olive se da cuenta de la magnitud de lo que acaba de hacer, no duda en reaccionar como cualquier joven inteligente estudiante de doctorado: huir. No obstante, las intenciones de Olive eran buenas y el problema sigue ahí: Ahn se niega a intentar nada con Jeremy a causa del código de la amistad que impide que una salga con el ex de su amiga. Por mucho que esta insista en que realmente lo suyo no fue una relación. Ni aunque la amiga en cuestión jamás sintiera nada por el individuo. Así pues, a Olive no le queda más remedio que tomar medidas desesperadas y proponerle al doctor Carlsen un romance falso. Y, aunque espera que él se niegue en rotundo y suelte alguna de esas frases que provocan que sus doctorandos salgan llorando de su despacho, se sorprende cuando él acepta la treta. Pero, ¿qué puede llevar a un hombre como él a aceptar semejante acuerdo? Y, lo más importante, ¿por qué, pese a provocar auténtico terror entre todos los estudiantes, Olive se siente increíblemente cómoda con él?
En cuanto al personaje de Adam, poco se pude decir de él sin caer en el spoiler. Para empezar, no lo conocemos directamente, pues toda la novela está focalizada a través de Olive y, por tanto, todo lo que sabemos del doctor Carlsen nos llega a través de la mirada de ella. Pero resulta ser un personaje de esos que enamoran. Tremendamente inteligente, es consciente de la fama que tiene entre sus alumnos pero no le preocupa. Él no critica a los estudiantes, critica sus trabajos, especialmente cuando estos son mediocres y pueden perjudicar la reputación de la universidad y de la ciencia en general. Si bien es cierto que lo hace de forma brusca y sin prestar atención a los sentimientos de los demás, Adam no es un profesor malvado. Simplemente es exigente. Con Olive, sin embargo, es adorable. Él la escucha, la entiende, incluso bromea con ella. Bromas de esas que se hacen con gesto serio y brillo en los ojos. Y se preocupa por ella. Se preocupa por su trabajo, por su estado de ánimo o por el hecho de que vaya a la universidad en bicicleta cuando no hay carril bici. Sin embargo, la respeta y la admira tanto que jamás interviene salvo que ella se lo pida. ¿He dicho ya que es un personaje que enamora?
El resto de personajes también están muy bien construidos. Al igual que a Adam, los conocemos a través de los ojos de Olive. Sabemos que Ahn es su mejor amiga, una chica divertida y segura de sí misma que cree tanto en la amistad que jamás haría nada que pudiera ponerla en peligro, incluso aunque eso suponga sacrificar su propia felicidad. También conocemos a Malcom, el compañero de piso de Olive que, aunque tiene un ligue nuevo cada noche, en el fondo busca algo permanente. Y a Tom y Holden, los amigos de Adam que esconden alguna que otra sorpresa.
Lo cierto es que la novela me enganchó desde el minuto uno. La autora logra unos diálogos frescos y divertidos y la trama se desarrolla de forma tan dinámica que, para cuando te das cuenta, has terminado el libro. Si bien es cierto que parte del "conflicto" se debe a la falta de diálogo entre los personajes (recursos demasiado explotado en romántica), no resulta cargante. Como único punto negativo (más bien, mejorable), a lo largo de la historia se dejan entrever sentimientos y motivaciones de Adam que, al menos a mí, me hacían esperar una declaración de amor apoteósica al final... Pero no. El hecho de que todo se focalice a través de Olive supongo que tiene bastante que ver en ese final más bien tibio.
Por el resto, para mí es un inicio de carrera magistral para Ali Hazelwood. Le pongo un sobresaliente.