viernes, 27 de septiembre de 2019

Ravenel 4. Como dos extraños (Lisa Kleypas)

Como dos extraños

Una mujer que desafía a su tiempo.
La doctora Garrett Gibson, la única médico de toda Inglaterra, es tan atrevida e independiente como cualquier hombre, así que ¿por qué no rendirse a los placeres como hacen ellos? Sin embargo, nunca se ha dejado tentar por aventura amorosa alguna, demasiado ocupada en sus estudios y en su profesión. Hasta ahora. Ethan Ramson, ex detective de Scotland Yard, es un hombre galante y reservado. De él se rumorean muchas cosas, pero nadie sabe a ciencia cierta qué hay de verdad en su historia. A lo largo de una sola noche, Garrett y Ethan dan rienda suelta a sus deseos. Pero a la mañana siguiente, siguen siendo dos extraños.

Un hombre que rompe todas las reglas.
Ethan, un Ravenel despreciado por su padre, tiene muy poco interés en la sociedad elegante londinense. Sin embargo, no puede evitar sentirse fascinado por la osada y bella Garrett. A pesar de que ambos han jurado no volverse a dejar llevar por la tentación después de una apasionada noche de amor, juntos se verán envueltos en una conspiración política que pondrá en juego sus vidas y los límites que se han marcado.
Porque puede que sea más fácil vencer a sus enemigos, que derruir el dique que pone freno a sus corazones.

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Como dos extraños supone la cuarta entrega de la serie Ravenel de Lisa Kleypas. En ella nos encontramos con la fascinante doctora Garret Gibson y con el misterioso Ethan Ramson. Aunque a ambos personajes ya los habíamos ido conociendo en libros anteriores, no es hasta este en el que descubrimos quiénes son realmente.

Garret Gibson es la única doctora de Inglaterra. Estudiante brillante de la Sorbona, logró aprovechar los vacíos legales de su país para poder ejercer la medicina. Su hazaña, sin embargo, no logró abrir camino a otras mujeres. Tras su aparición en escena, todos esos vacíos fueron eliminados imposibilitando que se pudiera seguir su ejemplo. La sociedad inglesa no está preparada para una mujer médico y el ejercicio de su profesión no le resulta sencillo. Las críticas, la censura, el análisis de cada una de sus palabras y acciones son una constante. Sin embargo, el poderoso Rhys Winterborne no duda en contratarla para velar por la salud de sus empleados. Su protección, junto a la del Duque de Kingston -a cuya nuera salvó la vida- ha aliviado su situación y le ha proporcionado un entorno seguro y una buena fuente de ingresos. Pero Garret es una mujer comprometida y en su tiempo libre visita algunos de los lugares más peligrosos de Londres para ofrecer sus servicios a los más necesitados. 

Ethan Ramson es un tipo frío. Acostumbrado a moverse entre la peor calaña de la sociedad y a verse envuelto en situaciones que ponen en riesgo su vida, la muerte no le da miedo. Sin nada que perder, su objetivo es desmontar una peligrosa red criminal en la que se encuentran envueltos hombres poderosos y altos cargos del Gobierno. Sin embargo, en el momento en que la doctora Gibson se cruza en su camino algo cambia. Él, a quien siempre le ha resultado tan fácil mantener a los demás a distancia, es incapaz de apartarse de ella. Por alguna poderosa razón que no termina de identificar se ve obligado a velar por su seguridad, escondido entre las sombras, cada vez que ella visita los oscuros callejones del East End. Y, aún cuando sabe que debe alejarse para no ponerla en riesgo, una fuerza inexplicable lo atrae siempre de vuelta hacia ella. 

Ethan y Garret no cumplen con el prototipo de personajes de novela romántica histórica. Sin título nobiliario alguno, se mueven a caballo entre la aristocracia y las clases sociales más bajas. Ambos ejercen una profesión con la que se sienten comprometidos y no están dispuestos a renunciar a su independencia. Ella, una mujer muy adelantada a su tiempo, ha trabajado duro para poder dedicarse a la medicina. Siempre al tanto de los últimos avances científicos, no permite que la estricta moralidad victoriana le impida salvar o mejorar la vida de sus pacientes. Él, un hombre hecho a sí mismo, no está dispuesto a que ninguna amenaza o peligro le impida cumplir con su cometido. 

La atracción entre Garret y Ethan es inmediata. Ambos comparten una peculiar visión del mundo y de la vida, así como la pasión que sienten por lo que hacen. Su personalidad, tan práctica como entrañable, engancha al lector, que vive cada uno de sus pasos como si fuera propio. 

A diferencia de las entregas anteriores, los personajes secundarios pierden importancia en esta historia. Sebastian, antiguo Lord St. Vincent y actual Duque de Kingston, aparece mencionado. Rhys Winterborne sólo interviene de pasada y la familia Ravenel queda en un completo segundo plano. Sólo un personaje brilla junto a los protagonistas. West Ravenel, que lleva cuatro libros fascinando a los lectores, se convierte en una pieza fundamental para el desarrollo de la trama. Su ironía y su sentido del humor, así como esa esquiva dulzura que se cuela entre sus comentarios sarcásticos, adquieren un papel protagonista en algunas partes de la novela. Además, por una vez, West muestra su vulnerabilidad al hablar con fascinación de una misteriosa pelirroja que lo desprecia. 

Como siempre, Lisa Kleypas logra crear una historia repleta de ternura, con unos personajes redondos que se convierten en reales a medida que las palabras pasan ante los ojos del lector. Las páginas se hacen cortas y el tiempo transcurre casi sin que nos demos cuenta. Y, al cerrar el libro, es casi imposible evitar una sonrisa y pensar que, seguramente, releeremos esa historia. Y nos gustará tanto como la primera vez.

Para mí, una novela de sobresaliente. 

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