martes, 22 de enero de 2013

Friday Harbor 3. El lago de los sueños (Lisa Kleypas)


“La romántica y tímida Zoe Hoffman ha renunciado prácticamente al amor. Es un alma tierna y romántica, pero ha sufrido tanto en el pasado que no se atreve a confiarle a nadie su corazón. Mucho menos a Alex Nolan, a quien ha contratado para que remodele su casa del lago, a pesar de su carácter grosero y su reputación de amargado y vividor. Lo que Zoe no sabe es que Alex está siendo atormentado por un fantasma que le acompaña a todas partes.

Alex bebe para mantener a raya a sus demonios y no sólo ha renunciado al amor, sino que jamás ha creído en él. Zoe y Alex son como el agua y el aceite, el hielo y el fuego, la luz y las sombras. Pero, a veces, sólo se necesita un rayo de luz para espantar la oscuridad.”

El lago de los sueños supone la tercera entrega de la serie “Friday Harbor” de Lisa Kleypas. En ella nos encontramos con la historia de Alex, el Nolan más atormentado y misterioso, y Zoe, una mujer cuya dulzura podría derretir a un glaciar.

Alex Nolan es un hombre desolado. Como el más joven de los hermanos, a Alex le tocó sufrir lo peor del alcoholismo de sus progenitores. Siendo un niño, tuvo que aprender a vivir sin necesitar nada, sin pedir nada. Demasiado pendientes de la botella, sus padres a menudo se olvidaban de él. Demasiado condicionados por su adicción, constantemente se ensañaban con el crío. Así pues, aun cuando todos los Nolan se vieron condicionados por sus incompetentes progenitores, él ha sido, sin duda, el que ha recibido la peor parte. Y eso lo marcó tanto que condicionó toda su vida.

Tras un fallido matrimonio con una mujer a la que no amaba y que sólo lo quería por su dinero, Alex parece decidido a seguir el mismo camino que siguieron sus padres. Y es que, si no pone freno pronto a su adicción, es probable que el alcohol lo lleve a la tumba.

Zoe es la dulzura personificada. Amable, atenta, encantadora y cariñosa, además de extremadamente hermosa, la población masculina se ha desvivido en atenciones para con ella. Al menos la población masculina menos apropiada. Y es que con su increíble belleza, Zoe ha espantado siempre –sin querer- a todos los hombres aceptables con los que se ha cruzado y sólo ha logrado que los menos apropiados trataran de propasarse con ella. Precisamente por eso, por ese interés que suscita cada vez que entra en una habitación, es extremadamente tímida. Tanto que incluso hablar de reformas con el hombre que va a remodelar su casa le parece una tarea imposible. Sobre todo porque ese hombre es el más atractivo que ha conocido nunca… Y el más peligroso.

La atracción entre Alex y Zoe es la atracción que surge entre dos personas completamente opuestas. Alex es un cínico sin ideales, cuyos sueños se han perdido –si los ha tenido alguna vez- hace mucho tiempo. Incapaz de creer en el amor, contrario al matrimonio, está convencido de que hará daño a cualquiera que quiera acercarse demasiado. Zoe, por su parte, es una romántica, una soñadora tímida que siempre ha aspirado a encontrar a alguien que la ame y a quien amar, pero no lo ha logrado. Ni su fallido matrimonio con su mejor amigo, ni el acoso al que se ha visto sometida por los hombres desde que le alcanza la memoria, han logrado echar abajo todas sus aspiraciones.

Así pues, cuando se encuentran, es inevitable que salten chispas entre ellos. El carácter de Zoe choca con el de Alex y hace que todas sus convicciones se tambaleen. La valentía de ella para enfrentarse a una relación que puede acabar en un terrible fracaso, colisiona con la cobardía de él para enfrentarse a sus fantasmas y a sus propios sentimientos. Así, poco a poco, tendrán que echarle un pulso al destino, a sus propias convicciones, a sus miedos y fantasmas.

Junto a ellos, los protagonistas de una hermosa historia secundaria deberán encontrarse de nuevo y aclarar todos los malentendidos que los separaron en el pasado. En el proceso, por supuesto, tanto la abuela de Zoe como el misterioso fantasma que acompaña a Alex, jugarán un papel fundamental en la historia principal. Pero, sobre todo, dejarán claro que al amor, al de verdad, no lo mata ni el tiempo, ni la distancia, ni las equivocaciones… Ni siquiera la muerte.

Con unos personajes increíbles, tan bien caracterizados que prácticamente parecen reales; unos escenarios de ensueño; ese estilo Kleypas que lleva años cosechando halagos y premios y una historia repleta de ternura, magia, superación y esperanza, El lago de los sueños es el tipo de novela que te hace reír, llorar y soñar despierta. Una de esas historias que te contraen las entrañas y te recuerdan por qué lees romántica. Uno de esos libros que no se olvidan fácilmente.

Para mí, la mejor entrega de la serie Friday Harbor y la muestra tangible de por qué Lisa Kleypas es, desde hace años, mi autora predilecta.

Simplemente, una novela de 10.

CITAS DE LA NOVELA:

Ya, pero es que detesto las bodas.

—¿Por culpa de Darcy?

—Porque una boda es una ceremonia en la que una virgen simbólica rodeada de mujeres que llevan unos vestidos espantosos se casa con un novio resacoso acompañado de amigos a los que llevaba años sin ver pero que van de todos modos. Después hay una recepción en la que los invitados se pasan dos horas sin otra cosa que llevarse a la boca que alitas de pollo tibias o esas almendras recubiertas de Dios sabe qué mientras el DJ intenta lavar el cerebro a todo el mundo para que baile Electric Slide o Macarena, a lo que acaban por prestarse algunos idiotas borrachos. Lo único bueno de una boda es la bebida gratis.

—¿Puedes repetírmelo? —le preguntó Sam—. Porque podría querer apuntarlo para usarlo en mi discurso."


—Creía que el genio de la informática era Sam.

—Créeme: nunca dejes que Sam se acerque a tu ordenador. Cuando se vaya habrá cambiado todas las contraseñas, entrado ilegalmente en la red del Departamento de Defensa y activado el bluetooth de todo lo habido y por haber, hasta el punto de que no podrás usar la tostadora porque no es visible para otros dispositivos. " 


—Te pasará —le dijo el fantasma, como si le leyera el pensamiento—. Te golpeará un día como un hacha. Hay cosas en la vida de las que uno no puede escapar.
 —Tres cosas —dijo Alex—. La muerte, los impuestos y Facebook. Pero de enamorarme seguro que puedo librarme.”


“—Tom. —Alex se volvió, agarrándose los antebrazos con desespero. Le chocó ser capaz de notar la textura y la fuerza de una forma humana—. ¿Qué hago ahora? —preguntó.
 —Nada. —Tom lo miró con lúgubre compasión—. No puedes hacer nada más que observar.
 Alex se volvió a mirar a Zoë sin poder evitarlo.
 —La amo. Tengo que estar con ella.”

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