Sinopsis
Los cotilleos de lady Whistledown no
fallan nunca: una vez más, Anthony Bridgerton es el soltero más codiciado de la
temporada en la alta sociedad victoriana. Pero este año, el atractivo vizconde,
amante de la diversión y enemigo del compromiso, sorprende a todos y decide
buscar esposa y sentar cabeza. La joya más preciada,
ESTABA
DECIDIDA A PROTEGER EL CORAZÓN DE SU HERMANA... Kate siempre supo que el éxito
en sociedad no era para ella: pensaba que era demasiado alta, algo mayor para
el matrimonio a sus veintiún años, y no especialmente bella. Por eso se dedica
en cuerpo y alma a proteger a su adorable hermana pequeña de todos los
vividores sin escrúpulos que la rondan en bailes y reuniones, atraídos por su
belleza. Kate se siente más que capaz de mantener a raya a solteros de dudosa
fama como el vizconde Anthony Bridgerton... aunque pronto descubrirá que del
enfrentamiento a la pasión hay un paso muy pequeño.
¿PERO QUIÉN PROTEGERÍA EL
SUYO PROPIO? Anthony Bridgerton tenía clara una cosa en su vida: que no viviría
más años que los que vivió su padre, muerto antes de los cuarenta. Por eso ha
decidido vivir su juventud intensamente, sin comprometerse a un amor que
quedaría bruscamente interrumpido. Sin embargo, llega un momento en que decide
casarse para dejar un heredero. Pero encuentra un formidable obstáculo, la
persistente hermana de la novia elegida, que se atreve a desafiarle
continuamente. Poco a poco, Anthony descubre en aquella mujer un rival digno de
él mismo, capaz de hacerle replantearse muchas cosas... y un ser excepcional
del que le va ser muy difícil no acabar enamorado.
Crítica
El
vizconde que me amó supone la segunda entrega de la exitosa
serie Bridgerton de Julia Quinn. En ella nos encontramos con Anthony, hermano
mayor y cabeza de familia, y Kate, una solterona de lengua viperina e increíble
agilidad mental.
Anthony sabe que ha llegado el momento de buscar esposa. Es
su obligación como vizconde casarse y procrear un heredero. No obstante,
también es plenamente consciente de que no debe, bajo ningún concepto, contraer
matrimonio con una mujer de la que pueda llegar a enamorarse. Y es que, después de que su padre muriera joven debido
a la picadura de una abeja, Anthony piensa que él correrá la misma suerte. Porque
lo que ha sentido siempre por su progenitor es mucho más que admiración. Es idolatría.
Y es impensable, por tanto, que él, un hombre común y corriente, pueda vivir
durante más tiempo que ese ser perfecto que era su padre. Por eso elige a la
hermosa Edwina Sheffield. Porque ella, pese a su deslumbrante belleza, no lo
atrae, no lo fascina, no lo contraría ni lo seduce… Como sí hace su
insoportable hermanastra.
Kate Sheffield hace tiempo que ha aceptado que es una
solterona. Con nulas aspiraciones matrimoniales, su único cometido en los
bailes de la temporada es cuidar de su hermana Edwina, a la que adora. Tras
erigirse como su más leal y firme protectora, Kate no permitirá que ningún calavera
cazafortunas se acerque a la dulce dama. Mucho menos el vizconde de Bridgerton
quien, pese a su inmensa fortuna, tiene fama de irreformable libertino. Es por
eso por lo que le advierte al susodicho caballero que sus intentos de seducir a
su hermana jamás darán fruto. Es por eso por lo que se encara con él. Será por
eso, de hecho, por lo que declare una batalla abierta contra el noble. Y como
en el amor y en la guerra todo vale, ambos harán lo posible por salirse con la
suya… Aun cuando, en algún momento, el objetivo de semejante batalla cambie por
completo.
En El vizconde que
me amó nos encontramos de nuevo con la entrañable familia Bridgerton, que
nos robaba ya el corazón en la primera entrega de la serie. Los personajes van
ganando fuerza, tanto los principales como los secundarios, ya que los vamos
conociendo más profundamente. Los sueños, temores y deseos de los protagonistas
se nos desvelan, mientras que aquellos sentimientos que atañen a los demás
personajes se nos van insinuando. Poco a poco, la información que tenemos de
cada uno de ellos aumenta, y cualquiera de los hermanos Bridgerton empieza a
perfilarse ya como un ser cercano, tan cercano que podemos imaginarlos
perfectamente como parte de nuestra propia familia.
Con el inconfundible estilo de la autora, y esa ironía y
humor que caracteriza sus obras, la risa y la complicidad están aseguradas.
Para mí una novela de SOBRESALIENTE.
CITA:
"-Kate -dijo él como respuesta.
-Sólo quería decir gracias -dijo ella-. Por ayudarme esta noche. Yo... -se aclaró la garganta-. Habría sido mucho más difícil sin ti.
-No he hecho nada -dijo con aspereza.
-No, lo has hecho todo.
Y entonces, antes de que sintiera la tentación de quedarse, se apresuró por el pasillo y luego continuó por la escalera."
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