domingo, 17 de marzo de 2013

Herederas americanas II. Un romance indiscreto (Julianne MacLean)



LLEGÓ BUSCANDO UN FUTURO RESPETABLE...
Clara llegó a Londres siguiendo los pasos de su hermana Sophie y de otras jóvenes norteamericanas, que buscaban elevar el estatus de su familia casándose con algún aristócrata inglés sobrado de títulos y necesitado de dólares. La alta sociedad inglesa recibía a estas jóvenes del otro lado del océano con una mezcla de curiosidad y resentimiento, de manera que Clara tiene que andarse con cuidado para no dar pie a ningún escándalo. Pero aunque ha llegado buscando respetabilidad, su corazón le pide aventura, pasión y riesgo... como el que supone el hombre más atractivo y con peor reputación de toda Inglaterra.

... PERO EL ESCÁNDALO RESULTÓ SER MUCHO MÁS SEDUCTOR
Seger Wolfe, marqués de Rawdon, no se cita nunca con la misma mujer en una semana. Y sólo lo hace con mujeres casadas. Son algunas de sus reglas de oro, las mismas que le han permitido seducir a medio Londres y evitar cualquier compromiso. Sin embargo, en los momentos de soledad, su corazón echa de menos un amor más profundo y verdadero, como el que conoció años atrás. Seger siempre se las arregla para dejar de lado esos pensamientos. Hasta que el destino pone en su camino a una joven a la que nunca debería haberse acercado. Cuando Seger piensa con la cabeza, sabe que debe resistirse a la tentación... pero al parecer su cuerpo toma sus propias decisiones.”

Un romance indiscreto es la primera novela que leo de Jualianne Maclean. Segunda entrega de la serie “Herederas americanas”, en ella se nos presenta a Clara Wilson, una joven heredera americana en busca de un esposo con título, y Seger Wolfe, marqués de Rawdon, un hombre en constante búsqueda de placeres superficiales.

Clara no es una de esas alocadas jovencitas americanas que acuden a Londres en busca de un título. Si bien, conquistar a un esposo adecuado es una de las razones que la han atraído a Inglaterra, lo que ella considera un “esposo adecuado” dista mucho de ser lo que la mayoría de las herederas buscan. Y es que lo que ella desea es un hombre bueno, que la respete y le sea fiel. Y que la ame.

Asimismo, tampoco es una jovencita alocada. Deseosa de encajar en la estricta sociedad inglesa, mide sus pasos con cautela. Desgraciadamente, la mala suerte parece acompañarla. Esa es la razón por la que, el día de su primer baile en la ciudad se equivoca de tarjeta… Y acaba en un Cakras, baile ofrecido por una sociedad secreta cuya finalidad no es otra que lograr el placer en todas sus variantes. Por supuesto, todo se debe a una lamentable equivocación y Clara jamás regresará a un lugar como ese. Ni siquiera aunque los ojos verdes de un caballero al que conoce en ese baile la persigan en sueños. Ni siquiera aunque el beso que le dio le robe el aliento cada vez que lo recuerda.
Seger es un libertino. Con una vida superficial en constante búsqueda de placer sin consecuencias, es el estereotipo de héroe romántico por excelencia. Sin embargo, como suele ser habitual, tras esa imagen desenfadada y egoísta se esconde un alma atormentada. Estudiante ejemplar, hijo modelo, Seger cometió el error de enamorarse, siendo sólo un adolescente, de la mujer incorrecta. Hija de un comerciante humilde, Daphne no era el tipo de esposa que un marqués desea para su hijo. Por eso el padre de Seger decidió deshacerse de ella. Y por eso él se ha negado a profundizar en ninguna relación desde entonces. Seger sabe lo qué es el amor y conoce de primera mano sus consecuencias. La separación de Daphne fue tan dolorosa que no está dispuesto a pasar por ello de nuevo… Ni siquiera por esa hechicera americana que parece estar siempre en el lugar incorrecto en el momento inoportuno. Aunque, evidentemente, no puede dejar que la pobre inocente se vea envuelta en un escándalo que echará por tierra su reputación.

En Un romance indiscreto nos encontramos con unos protagonistas bien delineados, bien caracterizados. Tanto Clara como Seger son personajes consecuentes, que no contradicen con su comportamiento lo que se cuenta de ellos. Por el contrario, tanto uno como el otro actúan del modo que se espera, según su carácter y procedencia. Asimismo, son personajes redondos, con una psicología bien desarrollada y una evolución clara a lo largo de la trama.

Los secundarios, por su parte, resultan ser personajes interesantes, que llaman la atención y desempeñan su papel a la perfección. Aunque no he leído la entrega anterior de esta serie, a partir de los datos que en esta se dan, deduzco que a muchos de ellos los conocemos ya de la novela anterior. Sophia y su esposo, protagonistas de Noble de corazón (primera parte de la serie), se mantienen aquí en un segundo plano que, no obstante, resulta fundamental para el desarrollo de la historia. Otros, como la madrastra de Seger o su sobrina, desempeñan casi a la perfección su papel como antagonistas.

Con una trama interesante, unos personajes bien construidos y un estilo ligero que engancha sin problemas, la única pega que le puedo poner a esta novela es que gira tanto en torno al placer y la atracción física, le da tantas vueltas a la falta de amor por parte de él, que el “enamoramiento” y historia de amor en sí pierde fuerza y puede llegar a resultar, incluso, poco creíble.

Lo cierto es que, en general, es una novela que vale la pena leer. De hecho, Julianne Maclean ha supuesto para mí una grata sorpresa.

De darle una nota, le doy un 8.


4 comentarios:

Pasajes románticos dijo...

Yo tengo la serie completa y aún no me he puesto con ella.
Si he leído otras de la autora y me gusta, vale la pena.

Un beso
Dácil

Pepa dijo...

solo he leído una historia de esta autora, y lo cierto es que tampoco me entusiasmó, pero si este se merece un 8...y se puede leer independiente. Me lo apunto.
Muchas gracias y buena semana!!

Fani dijo...

Hola Dácil!

Yo este lo leí por casualidad y la verdad es que no estuvo mal. Supongo que leeré algo más de ella.

Biquiños!

Fani dijo...

Hola Pepa!

Pues supongo que todo es cuestión de gustos y, a lo mejor, si el otro no te gustó, este tampoco... A mí me pasó con Kinsale, por ejemplo, que por muy buenas críticas que tenga, sigue sin gustarme.

Biquiños!