“Lord Alec Knight, el granuja más
elegante y apuesto de todo Londres, es un seductor aristócrata con una
innumerable lista de admiradoras de la alta sociedad. Con su ingenio
irresistible, su suerte en las mesas de juego y un carisma encantador, puede
tener a cualquier mujer que desee. Pero, cuando la única mujer por la que
alguna vez se planteó abandonar su soltería se casa con otro, Alec se da cuenta
de que no quiere a cualquier mujer —quiere encontrar al amor de su vida.
La bella y valiente señorita Becky
Ward hará que la vida de Alec de un giro de ciento ochenta grados cuando la
rescata de una peligrosa situación. Muy pronto, nuestro protagonista se percata
del terrible aprieto en el que se encuentra Becky, ya que está huyendo de su
primo, el príncipe Mikhail Kurkov, por un oscuro y terrible secreto que ha
descubierto acerca de él.
En medio del peligro, Alec y Becky
empiezan a sentirse profundamente atraídos el uno por el otro. Después de pasar
una noche abandonados al más apasionado de los pecados, Alec se proclama el
caballero de la brillante armadura de Becky y jura protegerla con su honor. Pero
muy pronto, la protegerá no sólo con eso.
¿Habrá encontrado el mayor
libertino de todo Londres aquello que estaba buscando… el verdadero amor?
(Sinopsis extraída de Autoras en la Sombra)
Pecados inconfesables supone la sexta entrega de la exitosa serie Knight de Gaelen Foley. En ella nos
encontramos con Alec, el hermano que, probablemente, más expectativas había
despertado; y Becky, una joven que huye del peligro que la acecha en su propia
casa.
Alec es un libertino, inmoral, de
deslumbrante atractivo y carácter encantador. Pese a ser un hombre que adora a
su familia y que puede pasarse horas jugando despreocupadamente con sus
pequeños sobrinos, en el fondo es un ser egoísta, acostumbrado a preocuparse
sólo por sus propios sentimientos, por sus propios deseos. Durante años ha tenido
a Lizzie, la dama de compañía de su hermana y una de las mejores personas que
ha conocido jamás, besando el suelo que pisa. Ella atendía todas sus
peticiones. Ella estaba pendiente de cada una de sus necesidades. En cualquier
habitación en la que se hallara, sentía la mirada de Lizzie sobre él,
manteniendo la distancia suficiente para que él no se sintiera agobiado pero,
al mismo tiempo, lo suficientemente cerca como para acudir a su lado al
chasquido de sus dedos. Por eso, cuando la joven lo abandona para casarse con
otro, el mundo de Alec se derrumba.
Acostumbrado como estaba a que ella lo
adorara, convencido de que, cuando él se aburriera y decidiera sentar la
cabeza, ella estaría ahí para convertirse en su esposa, que Lizzie lo haya
abandonado supone, prácticamente, una traición. Así, de repente, Alec se
encuentra con que, en su afán por lograr su propio placer, se ha ido quedando
solo. Sus hermanos no confían en él, Lizzie lo ha dejado y él se ha convertido
en poco menos que un prostituto. Hastiado, derrotado, convencido de que su vida
es una farsa, encontrarse a una damisela en apuros es lo último que espera… Y,
probablemente, lo único que conseguirá
devolverle la ilusión.
Becky debe reunirse con el duque
de Westland, sea como sea. Ese hombre es su última esperanza para derrotar a su
malvado primo y recuperar lo que es suyo. Pero, para ello, debe burlar a los
secuaces del príncipe Mikhail Kurkov, unos sanguinarios asesinos acostumbrados
a seguir el rastro de sus víctimas. Así, mientras corre por las sucias calles
de Londres, ve cada vez más difícil lograr su objetivo. Hasta que aquel libertino
abandona a sus amigos y decide ayudarla en su cometido. Sin preguntas. Sin pedir
nada a cambio. Y Becky sabe, sin lugar a
dudas, que aquel sí es uno de esos caballeros de brillante armadura de los que
hablan las leyendas.
Como dije anteriormente, Alec es,
sin duda, el Knight que más expectativas ha generado. En cada uno de los libros
de sus hermanos tenía su momento, demostrando su picardía, su sentido del
humor, su sensualidad, su inteligencia. Y el problema de las novelas que
generan expectativas es que, a menudo, no las superan. Eso es lo que me ha
sucedido con Alec. Y no porque la historia no sea buena. Al contrario, Pecados Inconfesables, con una
maravillosa narración, unos personajes redondos y una trama interesante, podría
ser, sin duda, el orgullo de muchas autoras. Pero no de Gaelen Foley. La mujer que dio a
luz historias como la de Lucien o Damien podría haberlo hecho mejor. El cómo,
no lo sé. El por qué, no puedo explicarlo. Simplemente, la historia de Alec se
me ha quedado corta. Le falta intensidad, esa fuerza que mantiene al lector
enganchado, incapaz de soltar el libro. Le falta pasión, pese a la innegable
atracción existente entre sus personajes, no han logrado transmitirme esa
pasión que transmitía Lucien, por ejemplo, y que en el personaje de Alec se
esperaba con más fuerza todavía.
No obstante, pese a esas
carencias, sigue siendo un Knight (ya
no digo Foley, como antaño, porque últimamente esta autora me ha decepcionado
un poco), con esos increíbles personajes, esa narración fluida y esas historias
que hacen soñar al lector desde la primera página.
Aunque no es un libro de sobresaliente
contundente como algunos de los anteriores, se merece, en mi opinión, un
notable alto. Le doy un 8,5.
CITA DE PECADOS INCONFESABLES:
CITA DE PECADOS INCONFESABLES:
“Y sin embargo, de un tiempo a esta parte no le resultaba fácil mirarse al espejo, sabiendo como sabía que su depravación le había costado gran parte de la buena opinión y la estima que le tenía la única chica que había significado algo para él.”
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