“Cuando la estudiante de literatura Anastasia Steele acude para hacerle una entrevista al joven y exitoso empresario Christian Grey para el periódico universitario en el que colabora, se encuentra con un hombre que le resulta atractivo, enigmático y tremendamente intimidante. Completamente convencida de que su encuentro ha sido todo un fracaso, intenta olvidarse de Grey... hasta que a él se le ocurre aparecer por la tienda de informática en la que Ana trabaja a tiempo parcial.
La idealista e inocente Ana se queda asombrada cuando se da cuenta de que desea con todas sus fuerzas a ese hombre, y el que él la advierta de que se mantenga alejada sólo hace que su desesperación por estar con él aumente.
Incapaz de resistirse a la inteligencia y serena belleza de Ana y a su espíritu independiente, Grey termina por admitir que también la desea... pero con sus propias condiciones.
Consternada, aunque excitada, por las preferencias sexuales de Grey, Ana duda sobre si entablar con él una relación o no. A pesar de todos su éxitos —tanto en el ámbito profesional como en el familiar—, Grey es un hombre lleno de demonios interiores, dominado por la necesidad de tomar el control. Y cuando ambos se embarcan en una apasionada relación física, Ana se da cuenta de que está aprendiendo más sobre sus propias y secretas necesidades de lo que se imaginaba.
¿Podrá esa relación trascender de la pasión física? ¿Podrá Ana someterse a un Amo como Christian? Y, si lo hace, ¿le gustará?” (Sinopsis extraída de Autoras en la Sombra).
Cincuenta sombras de Grey supone la primera entrega de la trilogía “Fifty Shades” de la autora E.L. James. En ella se nos cuenta la historia de Anastasia, una joven estudiante de literatura demasiado inocente, y Christian Grey, un hombre de negocios al que no le queda ni rastro de inocencia.
Anastasia no es una chica como las demás. Tímida, estudiosa e inocente, ha dedicado su vida a los estudios. Con una madre que cambiaba de marido como quien cambia de chaqueta, la vida sentimental de Anastasia no ha sido gran cosa. De hecho, ha sido inexistente. Hasta que, por capricho del destino, se ve obligada a entrevistar a Christian Grey, un hombre de negocios que ha construido un imperio. Cuando, nerviosa, se planta en la oficina de aquel misterioso individuo, espera encontrarse a un hombre entrado en años, arrogante y frío. Lo que no se imagina, desde luego, es hallar a un tipo de veintisiete años, ojos grises y misteriosa sonrisa. De repente, Anastasia empieza a comprender por qué sus amigas se comportan como idiotas en presencia del chico que les gusta. Porque, aunque está completamente fuera de su alcance, Christian Grey le gusta mucho.
Christian no es un hombre fácil. Rodeado de sombras, su pasado es un misterio. Aunque poco se sabe de su infancia, parece que ha vivido un infierno. Tal vez por eso se ha convertido en el hombre frío y cínico que es. Un tipo que no debe acercarse a una joven como Anastasia. Pero desde aquel primer momento en el que ella cae, literalmente, en su despacho, no puede sacársela de la cabeza. Anastasia ocupa sus pensamientos, le hace perder el control. Y eso, en un tipo como él, es preocupante.
Lo primero que debo reconocer es que leí este libro debido a la bestial campaña de publicidad que rodea a la serie y a toda la polémica que ha suscitado. Aunque no suelo ser de las que hacen demasiado caso al tema de los bestseller, el hecho de que una serie como esta despertara tantas críticas y comentarios, picó mi curiosidad, algo que no hubiera logrado el argumento (chica joven se liga a hombre de negocios forrado y guapísimo) ni, desde luego, el tema fundamental de la novela (el rollo BDSM).
Así pues, decidida a comprobar por mí misma si todo ese “boom” mediático era merecido, me sumergí en ese mundo creado por E.L. James.
La novela no está mal. Tiene un “algo”, para mí inexplicable, que engancha. No es la forma de escribir, bastante repetitiva, ni la profundidad de los personajes (bastante planos, al menos en esta primera entrega). Tampoco se debe a la historia en sí misma ya que recurre a una fórmula bastante gastada. Y en este punto he de decir que a mí no me suele importar que el argumento sea repetitivo. Si está bien escrita y los personajes “me llegan”, me da igual que la novela esté repleta de tópicos o que el argumento sea el mismo que en miles de libros anteriores. No obstante, en este caso, a medida que iba leyendo me iba acordando de fragmentos de otras novelas (me acordé mucho de Crepúsculo, por ejemplo) y eso ya no me convence, pues es como si estuviera leyendo una mixtura de obras ya leídas.
En lo que a los personajes se refiere, como ya he dicho, me han parecido bastante planos, sin que hubiera una justificación lógica y coherente para sus comportamientos. Anastasia, pese a su inteligencia, se comporta como una niña cegada por el atractivo y el carisma de Christian y está dispuesta a todo por estar con él. Incluso a hacer cosas que la hacen sentir como una mierda. Christian, por su parte, es, en mi opinión, un cúmulo de incoherencias. Su forma de ser fuera del dormitorio no me cuadra con cómo se comporta en la intimidad. Asimismo, el que se busque en los fantasmas de su pasado la justificación para esa necesidad que tiene de basar sus relaciones sexuales en la humillación y sumisión de sus parejas, tampoco me resulta convincente.
Aun así, y como ya he dicho, la novela tiene un “algo” que engancha y que hace que te la leas de un tirón, aunque no tengo ni la más remota idea de qué es.
Le doy un 6.
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