martes, 6 de marzo de 2012

Goddess of the hunt (Tessa Dare)

                                               

“Siempre audaz y aventurera, Lucy Waltham ha decidido ir a la caza de un marido. Pero primero necesita algo de práctica. Así que se fija en el mejor amigo de su hermano, Jeremy Trescott, conde de Kendall, para perfeccionar con él sus artimañas de seducción, antes de colocar su mira en otro hombre. Pero su práctica de besos desata una pasión ardiente que podría hacer humo todos sus planes.
Jeremy tiene un título influyente, una gran fortuna, y un pasado doloroso lleno de secretos enterrados. Se mantiene a una distancia segura de sus propias emociones, pero para distraer a Lucy de su plan insensato, dará rienda suelta a sus pasiones. Su sensual batalla de voluntades es tan desesperante como deliciosa, pero cuánto más logra dominar a la joven obstinada y tentadora, más cerca está Jeremy de perder el control. Cuando estalle el escándalo, ¿podrá resignarse a dejar a Lucy arruinada? ¿O será capaz de arriesgar su corazón, y reclamarla como suya?”
Goddess of the hunt supone la primera entrega de la serie “The Wanton Dairymaid” de Tessa Dare. En ella se nos cuenta la historia de Lucy, una joven alocada, y Jeremy, un conde extremadamente serio y responsable.
Lucy se ha criado en Waltham Manor, bajo la tutela de su negligente hermano. Acostumbrada a cazar, pescar y cabalgar junto a su hermano Henry y sus amigos, comportarse como una dama no ha entrado nunca en sus planes. No ha sido presentada en sociedad ni conoce nada más que aquellas tierras. Pero tampoco lo necesita. Siempre ha estado enamorada de Toby y sabe que algún día se casará con él. Otoño tras otoño, los amigos se reúnen en Walthan Manor y Lucy pasa las horas al lado de Toby, mientras este la halaga y la divierte. Y eso es lo que lo hace diferente. Toby le presta atención, la mira de verdad, no como todos los demás. No como ese insoportable conde de Kendal, siempre tan serio, frío y sensato. Siempre tan diferente a ella.
Pero ese otoño ha resultado diferente. Los chicos no han venido solos. Han traído compañía femenina. Damas. Nada menos. Una de ella es un ángel. Así es como todos ellos la ven. Un ángel que se va a casar con Toby.
¡Con Toby!
Por supuesto, Lucy no puede permitirlo. Debe impedir esa boda. Pero ella no es un ángel. Ni siquiera sabe comportarse como una dama. Así que, lo único que le queda, es utilizar la más sucia de las estratagemas para boicotear el enlace. Lo único que le queda es seducir al hombre que ha ocupado sus sueños durante los últimos diez años. No obstante, dado que no tiene ni idea de cómo hacer semejante cosa, es necesario que practique. Mas, ¿con quién?
La respuesta acude rápidamente a su mente. Con Jeremy. Es el único de los chicos disponible. Es el hombre al que más le gusta fastidiar en el mundo.
Cuando Jeremy Trescott abre la puerta de su alcoba y se encuentra cara a cara con una Lucy en bata no se puede ni imaginar lo que se le viene encima. Cuando ella lo abraza sólo puede retroceder, confuso. Pero es cuando ella lo besa cuando el conde descubre que el mundo está a punto de acabarse.
¿Qué demonios hace aquella cría?
Sin embargo, en cuanto siente sus curvas apretándose contra él se da cuenta de que la época en la que Lucy Waltham podía considerarse una niña pasó hace mucho. Ahora es una mujer. Una mujer llena de curvas, cuyos besos son…
Un completo desastre.
Jeremy duda que nadie haya besado jamás tan mal como lo hace Lucy. No tiene ni idea. Aunque ella no deja de sorprenderlo. Ha leído un libro, dice. Sin querer ni imaginarse qué tipo de libro será ese, la preocupación más inmediata es cómo echar a esa mujer de su habitación y mantenerla alejada de Toby, de paso. La echará. En cuanto le enseñe a besar correctamente.
De la noche a la mañana, Jeremy se ve condenado a entretener a la hermana de su mejor amigo. Sus amigos consideran que es lo mejor para mantenerla alejada de Toby y que este pueda formalizar su compromiso. Lucy considera que es el mejor modo de poner celoso a Toby y que se olvide del “ángel”. Y Jeremy no considera nada. No porque no quiera considerarlo, sino, simplemente, porque no puede. Después de un par de besos, un par de miradas y una tarde sujetando cintas de colores y cargando con bolsas de compras femeninas, se da cuenta de que él, el razonable, frío y distante conde de Kendal, ha perdido completamente su capacidad de razonar. Lucy lo abruma, lo exaspera y lo excita. Pero ella quiere a otro y eso es algo que parece que no va a cambiar.
Goddess of the hunt ha sido la novela con la que he conocido a Tessa Dare. Tras encontrarme por casualidad con el nombre de esta autora junto al de Lisa Kleypas, pensé: “tengo que leerla”. Y así lo hice. Y he de decir que me alegro tremendamente. Me ha gustado mucho la novela. Me han gustado los personajes y me ha gustado el estilo.
El argumento no es nada novedoso y, a la vez, tiene sus originalidades. Los salones de Londres sólo aparecen en conversaciones, las damas no son tan damas como parecen y la protagonista femenina prefiere montar a horcajadas que bailar el vals. Ella es la que lleva la iniciativa y él el que es arrastrado a una vorágine de deseo que nunca creyó poder sentir. No por ella, una niña que se ha criado entre ellos, como uno más. No con ella, la hermana de su mejor amigo.
Los personajes están bien delineados. Conocemos los sentimientos y forma de pensar de los protagonistas. Sabemos por qué actúan como actúan. Jeremy engancha. Es uno de esos personajes masculinos que enamoran, con su carácter distante y almidonado, con su comportamiento, a veces desquiciante, a veces extremadamente tierno. Aunque siempre ha visto a Lucy como una molestia, ha velado por su seguridad. Ha cuidado de ella, para que no se metiese en problemas. En el fondo, siempre ha sentido cariño por la joven. Algo que, evidentemente, no va a reconocer en voz alta.
Lucy, por su parte, tiene sus momentos un poco patéticos. No es que no sea un personaje interesante, sino que es una niña y, a veces, se comporta como tal. Tan enamorada como se cree de Toby, no duda en hacer el ridículo. Una y otra vez. Su comportamiento no resulta desquiciante ni nada parecido, sencillamente, en ocasiones, resulta un tanto patético. Pero también es una mujer fuerte, decidida y audaz, capaz de hacer cualquier cosa por amor.
El estilo de la autora es ágil, sencillo, bastante desenfadado. Con momentos divertidos, los diálogos son ingeniosos y entretenidos.
En definitiva, Tessa Dare ha supuesto para mí una muy grata sorpresa y esta novela es, sin duda, recomendable. Le doy un 8,5.

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