Sinopsis
Temple es más conocido como el «duque asesino» desde que, años atrás, fuera señalado como el autor de la muerte de la señorita Lowe, la joven dama que iba a convertirse en la esposa de su padre. Incapaz de recordar qué sucedió realmente, lleva doce años reinando en los más oscuros rincones de Londres, convencido de que no hay redención posible para él.
Mara se juró a sí misma que jamás regresaría al mundo del que hace años huyó, pero cuando su hermano pierde toda su fortuna en El Ángel Caído, la casa de juego con peor fama de la ciudad, se verá obligada a intentar hacer un pacto con Temple, un hombre al que no esperaba volver a ver y que resulta ser uno de los dueños del Casino.
Temple cree haber hecho un buen trato hasta que se da cuenta de que la dama oculta más de lo parece y va a necesitar cada pizca de su fuerza de voluntad para resistir la atracción que siente por esa misteriosa y enloquecedora mujer, que parece dispuesta a arriesgarlo todo por honor…
Mara se juró a sí misma que jamás regresaría al mundo del que hace años huyó, pero cuando su hermano pierde toda su fortuna en El Ángel Caído, la casa de juego con peor fama de la ciudad, se verá obligada a intentar hacer un pacto con Temple, un hombre al que no esperaba volver a ver y que resulta ser uno de los dueños del Casino.
Temple cree haber hecho un buen trato hasta que se da cuenta de que la dama oculta más de lo parece y va a necesitar cada pizca de su fuerza de voluntad para resistir la atracción que siente por esa misteriosa y enloquecedora mujer, que parece dispuesta a arriesgarlo todo por honor…
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No hay amor sin espinas supone la tercera entrega de la serie "Reglas de los Canallas" de Sarah MacLean. En él nos encontramos con Temple, el más oscuro de los dueños de El Ángel Caído, la casa de juego londinense de la que todo aristócrata y hombre con poder desea formar parte; y con Mara, una misteriosa mujer cuyo pasado está marcado.
Cuando William Harrow, marqués de Chapin y heredero del ducado de Lamont, se despertó en una cama desconocida y con la cabeza dolorida no imaginó que su vida estaba a punto de cambiar para siempre. Al fin y al cabo, aquella no era una situación nueva para él. Su vida disipada, su atractivo y su situación privilegiada en la sociedad hacían que la bebida y las mujeres fueran compañeras habituales, por lo que aquel estado le resultaba familiar. Pero cuando notó las sábanas mojadas a su lado y descubrió la sangre que le rodeaba todas las alarmas se dispararon. Y cuando las criadas entraron en el dormitorio de la señorita Lowe y lo encontraron en aquella situación ya no hubo vuelta atrás. En cuestión de segundos, William Harrow pasó de ser el niño mimado de la sociedad a convertirse en el más temible y oscuro de los aristócratas. Fue así como nació Temple, más conocido como "el duque asesino".
Años atrás, Mara logró huir de un compromiso no deseado y una vida que odiaba. El precio a pagar fue alto, pues tuvo que comenzar de nuevo sin nombre, sin protección y en los suburbios de Londres. No obstante, su fuerza y su tenacidad la llevaron a dirigir un centro para niños sin hogar. Y en aquel lugar, con los niños que la rodeaban y las personas que trabajaban con ella, encontró a su verdadera familia. Pero ahora todo está a punto de venirse abajo. Su hermano, quien años atrás la ayudó a huir, lo ha perdido todo en El Ángel Caído. Pero Mara no va a rendirse y sabe que, para recuperar su dinero, deberá negociar con los canallas que regentan aquel lugar. No. No con todos los canallas. Sólo con uno. Y es que ella posee algo que Temple no podrá rechazar.
El descubrimiento de Sarah MacLean hace años supuso para mí una gran alegría. Su humor, sus personajes redondos y sus historias la convirtieron en una de mis escritoras favoritas. Si la serie "Love by Numbers" fue maravillosa, esta no se queda atrás. Los socios de El Ángel Caído, con sus oscuros secretos y sus vidas al margen de la respetabilidad, prometían grandes historias. Y si bien Cross ha sido y será siempre mi favorito, Temple también resulta un protagonista interesante. Su dureza, con esos efímeros atisbos de ternura que ha mostrado en las entregas anteriores, lo convierten en un personaje misterioso. Hemos oído cómo lo llamaban "duque asesino" antes, pero no es hasta esta novela cuando descubrimos por qué. Temple ha matado a una mujer o, al menos, eso cree él y toda la sociedad. Y, aún sin saber si la acusación es cierta o no, es un personaje que se gana al lector y despierta su curiosidad. Todos queremos saber qué ha ocurrido porque, desde luego, nadie se cree que el hombre que ayudó a Pippa a conquistar a Cross y que se declaró medio enamorado de ella pueda ser un asesino.
Mara también resulta un personaje fascinante. Dulce con sus niños, pero con la fuerza necesaria para haber sobrevivido al otro lado del mundo para el que había nacido. Hija de un hombre rico, su lugar estaba en Mayfair, de la mano de un aristócrata, no en los suburbios, rodeada de ladrones y mujeres de moral cuestionable. Sin embargo, ella es más feliz en ese lugar de lo que lo hubiera sido si hubiese aceptado su destino sin más y por eso está dispuesta a cualquier cosa para mantener a salvo el orfanato. Incluso a condenarse a sí misma.
Hablar de No hay amor sin espinas sin hacer ningún spoiler resulta muy complicado por lo que no diré mucho de ella. Sólo que ha resultado fascinante, que engancha desde el principio y que los personajes se ganan al lector aunque, en el caso de Mara, el cariño se una a un cierto rechazo. Una novela estupenda cuyo único fallo, en mi opinión, son las últimas líneas, unas líneas que nada tienen que ver con ellos. Chase aparece leyendo el periódico. El más misterioso y, tal vez, fascinante socio de El Ángel. Y se nos hace una increíble revelación... Demasiado pronto.
De ponerle una nota a esta novela, para mí merece un nueve.
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