Las
mismas paredes desnudas. El mismo silencio de siempre. Este aire cargado de
melancolía. Esa soledad, ya familiar, aun estando rodeada de gente.
Un
año más que ves pasar, rumbo al obligado olvido de quien no ha hecho nada
memorable durante su fugaz existencia. Una vida que se escapa entre los dedos
de alguien que contempla, inmóvil, impávido, indiferente, como se alejan sus
sueños. Como se van las ansias que aquella vez, ya tan lejana, la levantaron
del suelo.
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