lunes, 14 de noviembre de 2011

Un tutor negligente (Anne Ashley)

                              

Editorial: HQNJazmin / Septiembre 1998
ISBN: 978-84-396-6534-2
Género: Histórico

Título original: The neglectful guardian
Editorial original: HQN / Octubre 1997
ISBN original: 0-263-15521-8

“Sarah Pennington ya había tomado una decisión: Si su tutor, Marcus Ravenhurst, no estaba dispuesto a hacerse cargo de ella, entonces se iría de Bath y se refugiaría en casa de su antigua institutriz. Por conveniencia, se convirtió en la señora Armstrong, pero la nieve puso fin a sus correrías y acabó incomunicada en una posada.
Sara no sabía que Marcus la seguía de cerca. Tal vez no hubiese visto nunca a su pupila, pero se había asegurado de que todas sus necesidades estuvieran cubiertas. Cuando el mal tiempo le impidió seguir tras ella y entró a refugiarse en una posada, no podía saber que la encantadora joven viuda que se había llamar señora Armstrong era su pupila en persona, ni que tuviera una marcada tendencia a meterse en líos.”
Un tutor negligente es la primera novela que leo de Anne Ashley. Se trata de una novela romántica histórica con, en teoría, una dosis de suspense. Digo “en teoría” porque creo que intentando lograr esa intriga la autora se carga la novela. Empecemos desde el principio.
Sarah Pennington es una joven que ha perdido a sus padres hace unos años. Dado que cuando esta desgracia sucede es menor de edad, su “custodia” pasa a Marcus Ravenhurst, un aristócrata serio y frío cuyo desprecio hacia el sexo femenino es más que evidente. Marcus, quien, por muchos defectos que tenga, jamás evade sus responsabilidades, se hace cargo de ella. Pero es a través de su secretario que gestiona la vida de su pupila.
Años más tarde, cuando su abuela, una condesa de lengua viperina, le recuerda que Sarah ya debe ser toda una mujer, Marcus se da cuenta de que, aún cuando ha estado pendiente de todas sus necesidades, jamás la ha visto en persona. Asaltado por los remordimientos, acude a Bath para conocerla… Y descubre que ella se ha fugado.
La vida de Sarah no ha sido tan fácil como Marcus parece creer. Tras perder a sus padres siendo muy joven, su custodia ha pasado a manos de un tutor que no se preocupa por ella, un tutor que apenas le pasa dinero para sus gastos, que jamás le ha comprado una montura y que se ha desentendido por completo de su cuidado. Así, viendo la delicada situación económica por la que atraviesan, decide abandonar su casa en el campo, donde una prima de Marcus aficionada al juego debería cuidar de ella, y buscar empleo como institutriz. Lamentablemente, Marcus no tarda en dar con ella y, mientras se conocen, ambos se ven implicados en un misterioso asesinato.
Lo cierto es que esta novela podría haber estado bien. La historia tutor – pupila siempre me ha gustado y el argumento prometía. Asimismo, el misterioso asesinato que se produce en la posada y la búsqueda del culpable, podría haberle dado un poco más de emoción. Y uso el condicional porque, lamentablemente, todo se queda en una mera posibilidad.
El misterio del diamante es completamente predecible. Desde el primer momento, el lector es perfectamente consciente de quién es el asesino y, si bien no se conocen sus motivos hasta el final, ese punto no sirve para mantener la intriga (ni siquiera para generarla, para qué engañarnos).
La historia de amor de los protagonistas, por su parte, me ha parecido increíble. No se nos plantea como algo inverosímil, de hecho, el modo en que sucede es perfectamente lógico y coherente pero no he sentido que realmente los protagonistas se atraigan, ni siquiera veo ningún motivo para que se gusten. Marcus pasa de ser tremendamente amable con Sarah a ser un borde insoportable. En los momentos en los que es amable, me ha parecido que trataba a Sarah más como a una hermana que como una mujer por la que se siente atraído. En este punto, aunque parezca increíble, creo que parece más atraído por ella cuando la trata con brusquedad que cuando la trata bien.
El enamoramiento de Sarah, no obstante, resulta más creíble. Su tutor es un tipo apuesto y, poco a poco, va descubriendo que no es tan desagradable como pensó en un principio. Asimismo, el modo en que la protege y el hecho de que no la trate como una cabeza de chorlito, la llevan a enamorarse perdidamente de él.
Del resto de los personajes, poco hay que decir. Lo cierto es que la mayoría pasan por la novela sin pena ni gloria y nos quedamos siempre en lo “superficial” de estas criaturas. A la única a la que llegamos a conocer bastante bien (y que para mí es de lo mejor de la novela) es a la abuela de Marcus, algo así como la lady Danbury de Julia Quinn aunque no tan simpática.
Lo cierto es que Un tutor negligente supuso para mí una gran decepción. No me gusta “suspender” a ninguna novela porque creo que, por muy mediocre que sea, supone muchas horas de trabajo para su autor/a por lo que le daré un 5 aunque, desde luego, no es una novela que yo recomendaría.  

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