domingo, 5 de julio de 2009

PRECIO DE UN CUERPO



Cuando algún cuerpo hermoso, como el tuyo, nos lleva tras de sí, él mismo no comprende, sólo el amante y el amor lo saben. (Amor, terror de soledad humana) Esta humillante servidumbre, necesidad de gastar la ternura en un ser que llenamos con nuestro pensamiento, vivo de nuestra vida. Él da el motivo, lo diste tú; porque tú existes afuera como sombra de algo, una sombra perfecta de aquel afán, que es del amante, mío. Si yo te hablase cómo el amor depara su razón al vivir y su locura, tú no comprenderías. Por eso nada digo. La hermosura, inconsciente de su propia celada, cobró la presa y sigue. Así, por cada instante de goce, el precio está pagado: este infierno de angustia y de deseo. CERNUDA

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